¿Qué son las playlist educativas?
Las playlists son, sencillamente, listas de reproducción.
En los años setenta se podían comprar vinilos; en los ochenta, las listas de reproducción se creaban en las cintas de cassette, fueron los “mixes”; en los noventa los “mixes” pasaron a los CD y, con el nuevo siglo, Internet se llenó de listas.
Ya no necesitamos grabar, sino organizar la música que vuela en la nube.
Cada día disponemos de más videoclips y canciones, su crecimiento tiende a infinito. Necesitamos listas de reproducción para escuchar a nuestros artistas favoritos, o listas para una fiesta, o listas para navidad, listas para hacer deporte, listas románticas, listas relajantes, listas para el viaje de seis horas en coche con los niños…
En la era de la sobreabundancia de información, las listas de reproducción han venido para salvarnos de la “infoxicación”. Su extendido uso ha terminado por hacer de las playlists un concepto reconocido y compartido.
En el entorno educativo, el término playlist se usa como metáfora para definir:
A. Un sistema de curación de contenidos variados y en múltiples formatos.
B. Orientados para lograr una mejor comprensión.
C. Secuenciados y organizados de forma explícita para promover la reflexión sobre el propio aprendizaje.
D. Y que permiten la participación de los aprendices adecuándose a ritmos, tiempos y actividades, de acuerdo a pautas de control diseñadas por el profesorado.
Demos un paso más, aprendamos a diseñar nuestras playlists.
1 Elige el soporte
Las listas de reproducción se presentan, fundamentalmente, en formato digital. Su origen y la naturaleza del concepto y de su metáfora lo necesitan.
Sin embargo, las posibilidades son muy variadas.
Puedes crear presentaciones o documentos con hipervínculos y enlaces, hasta planos e imágenes con recorridos o listas en plataformas como Moodle.
Elige de acuerdo a tu competencia, recursos y posibilidades. Hay varias opciones y, recorriendo las experiencias que conocemos, podríamos clasificarlas del siguiente modo:
2 Diseña la experiencia de aprendizaje
Elaborar listas y hacer actividades no tiene sentido ni potencial si no somos capaces de crear una experiencia que mejore la comprensión.
Recuerda que las playlists no son listas de contenido, sino que marcan el camino para aprender a aprender.
En definitiva, integran actividades y estrategias de pensamiento generando una experiencia donde el alumnado puede participar como diseñador.
Inspírate con las posibilidades de combinación del pensamiento que ofrece la Taxonomía de Bloom.
3. Apuesta por la diversidad de formatos
Las listas de reproducción permiten superar el monopolio de los textos explicativos.
El contenido puede tener forma de texto, pero también de podcasts, audio, vídeo, noticia de prensa, cuento, imágenes, fotografías, etc.
Saca el máximo partido a la riqueza audiovisual.
Deja que la tecnología se encargue de la transmisión y que libere el tiempo de los profesores para estar más cerca del alumnado y hacer más humano el aprendizaje.
La guía definitiva para diseñar una "playlist" de contenidos educativos
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4 Entre contenido y contenido, reto
Las playlists no son largas listas de lecturas y vídeos, son secuencias de aprendizaje, por lo tanto, integran actividades variadas, diferentes y de distinta naturaleza que no tengan que responderse necesariamente en la pantalla.
La experiencia de aprendizaje de una playlist puede ir recogiéndose tanto en los dispositivos digitales, como en un cuaderno de trabajo normal y corriente.
Al presentar cada reto, no te olvides de destacar el objetivo de aprendizaje que cumple (el verbo concreto en la taxonomía de Bloom) y el tiempo aproximado de desarrollo. Esto último será de gran ayuda para que los estudiantes puedan organizarse y calcular esfuerzos.
5. ¿Qué estoy aprendiendo?
Con cada actividad, con cada recurso, mantén informado a los estudiantes de los objetivos que cumplen.
Apuesta por hacerles partícipes de una manera explícita del proceso de aprendizaje.
Comparte con ellos el diseño de la experiencia y, por supuesto, desde el primer momento, infórmales sobre los criterios qué son necesarios cumplir para que logren superar con éxito cada playlist.
No lo olvides: las listas son efectivas al hacernos conscientes del propio aprendizaje cuando nos ayudan a visualizar y reflexionar sobre el proceso para aprender a aprender.
6. Integra experiencias cooperativas, manipulativas o corporales
Que las playlists funcionen con tecnología no significa que todas las actividades tengan que resolverse escribiendo.
Esta forma de trabajo puede ser muy útil, por ejemplo, para guiar los pasos de un experimento o en el aprendizaje de procedimientos.
Saca partido al trabajo con el compañero e invita al movimiento para aprender.
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7. Propón itinerarios y posibilidades de elección
En las playlists, los estudiantes ganan autonomía y responsabilidad cuando diseñamos distintos tipos de contenidos y de actividades para elegir.
Puedes diseñar contenidos y actividades obligatorias, pero también puedes incluir contenidos y retos voluntarios, aquellos para trabajar siempre que le apetezca al estudiante o cuando esté interesado en profundizar en un tema.
También puedes preparar contenidos y retos optativos, es decir, aquellos que tendrán que hacer obligatoriamente, pero para los que pueden elegir entre distintas opciones.
Piensa que a mayor variedad de actividades y formato de contenido, mayores son las probabilidades de tener en cuenta sus necesidades de aprendizaje y de ofrecer una atención más personalizada.
8. Evalúa, juega con las insignias
No dejes la evaluación para el final.
En la evaluación, valora cada progreso en positivo y apuesta por la variedad de herramientas, tanto como lo has hecho con contenidos y retos.
Tira de insignias chulas para las actividades optativas y para las voluntarias, de este modo motivarás al alumnado para seguir trabajando y aprendiendo a aprender.
9. Guarda y comparte tus playlists
Nunca hemos tenido tanto acceso a tantos recursos de tanto valor, por eso las playlists no son solo una forma de aprendizaje para los alumnos, también lo son para profesores y familias, para que puedan organizar su contenido favorito y compartirlo.
Aprovecha cada playlists, diseña con ayuda de otros, guarda toda la información y comparte para crecer juntos.
Diseñar playlists puede ser un trabajo arduo, sin embargo, en equipo se gana tiempo y calidad.
Crear una red propia de playlists organizadas supone desarrollar vuestro propio proyecto educativo.
10. Una playlist para cada estudiante
Estaate atento al contenido que eligen o que aportan los alumnos, a sus gustos y a sus preferencias para desarrollar actividades.
De este modo podrás mejorar las actividades obligatorias y, además, ganarás mucha información para crear insignias que les motiven y que les vinculen con la tarea.
Piensa que cuantas más actividades variadas diseñes, más información tendrás para crear playlists personalizadas, de acuerdo a las necesidades de aprendizaje.
Este sí que es un gran modelo para integrar y atender la diversidad en las aulas.